Resiliencia en la nube de AWS

AWS ofrece la mayor disponibilidad de red entre todos los proveedores de servicios en la nube, lo que le permite crear y ejecutar las aplicaciones con total confianza. Cada región de AWS está formada por al menos tres zonas de disponibilidad (AZ) físicamente separadas, con infraestructura eléctrica independiente, sistemas de refrigeración dedicados, conectividad de red aislada y controles de seguridad propios. Esto protege las cargas de trabajo incluso si ocurre un desastre en las cercanías de una zona de disponibilidad.

Cada año, AWS detiene automáticamente millones de ataques de denegación de servicio distribuida (DDoS) impulsados por botnets en cuestión de minutos, incluso segundos, antes de que puedan afectar las operaciones empresariales. Y, para aquellos ataques que no se detectan o mitigan de forma automática, AWS cuenta con equipos de respuesta altamente capacitados que intervienen de inmediato para resolverlos. AWS también analiza más de 100 millones de interacciones al día y mitiga amenazas de forma automática con datos provenientes de su exclusiva red global de sensores.

AWS detecta automáticamente la degradación del hardware y reemplaza proactivamente los componentes antes de que fallen. Además, remedia o mitiga de forma automática el 96 % de todos los eventos de red, lo que significa que casi cualquier incidente que se pueda resolver sin intervención humana efectivamente se resuelve así. 

AWS Resilience Hub ayuda a evaluar la resiliencia de las aplicaciones e implementar las mejoras recomendadas. AWS Fault Injection Service (FIS) facilita evaluar cómo responden las aplicaciones ante interrupciones reales y picos de demanda, de modo que pueda corregir problemas antes de que afecten a los clientes. Con el Controlador de recuperación de aplicaciones de Amazon puede desviar el tráfico entre zonas de disponibilidad (AZ) y orquestar con facilidad conmutaciones por error complejas entre regiones, sin necesidad de escribir scripts manuales.  

Desde 2006, AWS ha ofrecido servicios en la nube a millones de clientes en todo el mundo, lo que le otorga una experiencia operativa a escala superior a la de cualquier otro proveedor de servicios en la nube. Aplique las prácticas recomendadas comprobadas del pilar de excelencia operacional del AWS Well-Architected Framework y siga el Marco de ciclo de vida de resiliencia para minimizar los riesgos de inactividad y reducir el impacto de posibles fallos.

Aproveche los límites de aislamiento de errores de AWS y siga el pilar de fiabilidad del AWS Well-Architected Framework para diseñar arquitecturas resilientes. Configure acciones automatizadas para desviar el tráfico entre zonas de disponibilidad (AZ) y orquestar conmutaciones por error entre regiones con el Controlador de recuperación de aplicaciones de Amazon. 

Defina los objetivos de tiempo de recuperación (RTO) y punto de recuperación (RPO) para interrupciones en aplicaciones, infraestructura, zonas de disponibilidad y regiones, y supervise la resiliencia frente a esos objetivos con AWS Resilience Hub.

Utilice AWS Fault Injection Service (FIS) para evaluar cómo responden las aplicaciones ante interrupciones reales y picos de demanda, de modo que pueda identificar y corregir problemas antes de que afecten a los clientes.

Utilice el cambio de región para orquestar la recuperación entre regiones de AWS y recopilar datos sobre el proceso de recuperación a partir de los recursos y cuentas involucrados, información necesaria para los informes de cumplimiento normativo. Utilice los informes de experimentos de AWS Fault Injection Service (FIS) para demostrar las capacidades de resiliencia y proporcionar a los entes reguladores evidencia documentada de las pruebas de recuperación ante desastres.

Utilice AWS Backup para lograr una protección automatizada de datos en los servicios de AWS y contar con copias de seguridad seguras y confiables de los datos empresariales más críticos. Utilice AWS Elastic Disaster Recovery para minimizar el tiempo de inactividad y la pérdida de datos mediante la replicación continua de las aplicaciones más críticas desde cualquier infraestructura de origen hacia AWS, lo que permite una recuperación rápida con un punto de recuperación (RPO) de fracciones de segundo y un tiempo de recuperación (RTO) medido en minutos.