Como vicepresidenta sénior del grupo de tecnología global de Nasdaq, Angie Ruan dirige varias de las iniciativas de transformación digital en una organización financiera basada en la tecnología que se encuentra entre las más influyentes del planeta. Esto incluye la aplicación de nuevas tecnologías a los mercados públicos y privados, con datos y análisis avanzados en cada una de las ofertas del Nasdaq, así como la supervisión del desarrollo de productos tecnológicos clave para el mercado y el desarrollo de infraestructuras y servicios globales.

Angie creció en la China, sobresalía en matemáticas y aspiraba a ser matemática, pero su madre tenía otros planes. Mientras que la mayoría de los padres animaban a sus hijos a centrarse en carreras tradicionales, la madre de Angie vio un lugar para su hija en la informática, que en ese momento se hacía cada vez más influyente en la vida cotidiana en la China. Angie atribuye a su madre el haber despertado su interés en ese campo, especialmente cuando le aconsejó: “¡olvida las matemáticas, dedícate a la informática para poder sentarte en una habitación con aire acondicionado!”

Hoy en día, tras haber recibido su maestría en Informática de la Universidad de California, Santa Bárbara, y de haber desarrollado las estrategias de TI de varias de las empresas de tecnología y servicios financieros más notables del mundo, Angie recuerda ese consejo con cariño.

El comienzo de la carrera de Angie es una historia típica de Silicon Valley, que abarca la eras previa y posterior al puntocom. Cuando trabajó en Netscape, AOL, eBay y PayPal, perfeccionó sus habilidades para desarrollar aplicaciones empresariales y sistemas administrados. De hecho, en 2004, eBay acudió a ella para crear su primer sistema de mensajería asincrónica, diseñado para procesar mensajes y pagos. Esta experiencia diversa también le dio a Angie la oportunidad de liderar la ingeniería para las iniciativas de transformación web, móvil y de productos.

Fue su trabajo en este proyecto lo que le enseñó a Angie una de las lecciones más valiosas que ha llevado consigo a lo largo de su carrera: trabaje con el caso de negocio como punto de partida, y mantenga eso como la prioridad de la misión. Esa lección se puso a prueba durante la recesión financiera de 2008, cuando todos estaban recortando gastos. La tecnología móvil, incipiente en ese entonces, corría el riesgo de ser desmantelada en eBay.

Los mayores desafíos en la nube no son desafíos relacionados con la tecnología, son desafíos relacionados con las personas. Angie percibe un mundo que requiere una gama diversa de experiencia y conocimientos para abordar esos desafíos. Es un cambio que debe ocurrir en todos los niveles, desde esta generación de jóvenes profesionales.

Al dictar la clase Girls Who Code, Angie pidió a las jóvenes que hicieran un dibujo de un futuro ingeniero. El 80 % hizo un dibujo de un hombre; el otro 20 % hizo un dibujo de una chica con gafas gruesas. Esto se convirtió en algo personal cuando la hija de Angie le preguntó: “¿por qué no me has ofrecido la oportunidad de tomar una clase de codificación?” Angie asumió que como su hija era tan buena en las artes y la danza, no tendría interés en codificar. “Tenía un sesgo, incluso con mi propia hija”, admite, “así que mi objetivo ahora es tratar de ser un modelo a seguir tanto en casa como en mi carrera”. Angie finalmente inscribió a su hija en esas clases; ahora, completa una doble licenciatura en artes y ciencias.

A pesar de que muchas decisiones de TI se toman únicamente con base en el coste, Angie cree que la transformación digital comienza con el deseo de cambiar y mejorar, lo que requiere un cambio de mentalidad. La antigua mentalidad consistía en aferrarse a modelos rígidos y a flujos de procesos (por ejemplo, comenzar con la ingeniería, seguir con la garantía de calidad, luego la infraestructura, después la seguridad y así sucesivamente). Ese modelo requería mucho tiempo e inversión financiera. El cambio a una mentalidad basada en la nube ha permitido el desarrollo de ecosistemas dentro de las empresas, por lo que es más fácil romper los límites, trabajar en equipo y penetrar el mercado más rápidamente. Según Angie, eliminar los silos y tener ecosistemas más conectados hace que la práctica de la empatía, la conexión con los colegas y la comprensión de sus motivos y agendas sea más importante que nunca.

En sus propias palabras: “Mi valor fundamental es marcar la diferencia en el mundo en el que vivimos. Tengo una pasión por conectar los negocios, la tecnología y la gente, y por ser una multiplicadora que puede ayudar a la gente a alcanzar su mejor potencial. No me conformo con el statu quo. Aprender de los demás y retribuir para ayudar a otros a prosperar, eso es lo que me inspira todos los días”.